Clínica de la enfermedad
Etiología:
Se trata de la infección de cuello más frecuente (más habitual que el absceso amigdalino). Es raro en niños y más frecuente en adultos jóvenes. Normalmente resulta como complicación de amigdalitis aguda (de hecho un 10-20 % de los pacientes padece de amigdalitis recurrente) y solo en raros casos se produce en ausencia de dicho proceso.
Clínica:
Destaca: fiebre, odinofagia, disfagia, trismus (signo de gravedad). De forma avanzada los pacientes pueden presentar cambios en la voz, aumento de la salivación o dificultad respiratoria siendo este último síntoma el de mayor gravedad.
Complicaciones:
- Tromboflebitis séptica de la vena yugular interna (síndrome de Lemierre): Lo más frecuente es que se produzca este síndrome por abscesos periamigdalinos pero en realidad otras infecciones orofaríngeas pueden ocasionarlo. Cursa con tortículis. Puede estar indicada la ligadura de la yugular en caso de existir émbolos sépticos (pudiéndose complicarse por tanto, con meningitis por ejemplo).
- Extensión a otros espacios cervicales como espacios parafaringeos, prevertebrales o mediastínicos.
Principales hallazgos
Principales hallazgos:
- Aumento del tamaño de las amígdalas palatinas.
- Lesión de baja densidad adyacente a la amígdala que realza de forma periférica tras la administración de contraste. Dicha lesión suele localizarse entre la mucosa amigdalar y el músculo constrictor faríngeo superior, desplazando la amígdala y la úvula hacia el lado contralateral.
- Adenopatías reactivas de gran tamaño con realce tras la adminsitración de contraste.
Los hallazgos en la TC de la amigdalitis aguda sin absceso asociado consisten en un aumento de su volumen con una captación irregular de las mismas y presencia de ganglios reactivos e inflamación en la zona.
Se debe hacer la correcta distinción entre absceso amigdalino y periamigdalino por la diferencia en el tratamiento entre ellos (amigdalino solo tratamiento médico).
Otros aspectos interesantes
* En los abscesos perimadibulares debemos tener en cuenta los bloques mandibulares para la correcta numeración dentaria, que en muchas ocasiones se encuentra afectada: De derecha a izquierda superior: 1 y 2. De izquierda a derecha inferior: 3 y 4.